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10/5/11

La Tempestad, excelente revista de arte

Desde 1998, la misión de La Tempestad ha sido llevar el arte a la gente. Su distintivo diseño, su arquitectura editorial y sus contenidos de gran calidad le han ganado un lugar singular en la conciencia de los lectores mexicanos.


Cada número de La Tempestad ofrece a su creciente comunidad de lectores lo más relevante de la música, la arquitectura, la literatura, el cine, las artes visuales y escénicas, así como el diseño en todas sus vertientes. Inteligencia y estilo, profundidad y ligereza, utilidad y placer hacen que miles de personas acudan a esta publicación. Informarse, reírse, asombrarse o inspirarse son sólo algunas de las razones por las que se disfruta desde el momento de su compra hasta mucho tiempo después.

La Tempestad cuenta con un extraordinario pasado, colmado de lucha y logros, pero también tiene un presente dinámico e innovador. Comprometidos con la excelencia editorial, en la revista trabajamos todos los días en nuestra reinvención para seguir consolidando nuestro lugar referencial en el mundo de las artes y seguir marcando la pauta entre las publicaciones de México.

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5/5/11

Clusters

Los clusters o conglomerados devienen de una concentración empresarial que actúa en forma mancomunada, operando conjuntamente entre sí y con las instituciones de apoyo, tanto de tipo gubernamental como no gubernamental, con la finalidad de desarrollar capacidades competitivas que permitan alcanzar objetivos de desarrollo del conglomerado.

 

La primera referencia académica sobre cluster en la historia, según M. Porter (2003), surge con Alfred Marshall en 1890, cuando este autor define por primera vez los factores externos de las áreas industriales. Esto no quiere decir que la geografía económica y la concentración de actividades en un espacio físico determinado, no ocurriera desde mucho tiempo antes. Por ejemplo, quienes vivimos en Sonora (entidad federativa en el noroeste de México), sabemos bien de los conglomerados que hemos tenido y tenemos en actividades económicas, en el sur del territorio sonorense, en el norte, etc., esto es de actividades primarias, de transformación y/o de servicios.

 

En 1920 el propio Marshall identifica tres razones a favor de la concentración: a) Mercado de trabajadores calificados, b) Aprovisionamiento de factores específicos de mayor variedad y a más bajo costo y c) Osmosis tecnológica (technological spillovers) en P. Krugman (1992).

 
En 1978 Giacommo Becattini define “los distritos industriales”, un tipo de aglomeración anterior al surgimiento de la denominación cluster, en los que dominan las pequeñas y medianas empresas que operan en un sector en particular. Fueron los responsables de buena parte del desarrollo industrial italiano de la post guerra. Su análisis pormenorizado marca el comienzo de la denominada escuela Florentina liderada por el propio Becattini.

 

Más allá de las referencias específicas a una denominación, los fenómenos de aglomeración empresarial son bastante más antiguos. Es a partir de 1990 cuando M. Porter publica su famoso libro “The competitive advantage of nations”, que las políticas de clusters comienzan a expandirse muy rápidamente. Esto no quiere decir que todo lo que se nombra como clusters sea realmente un cluster.

 
¿Qué es un Cluster?

 

Para definir los clusters, recurrimos al creador del término en la teoría económica y a la acepción que el mismo le otorga, dado que por tratarse de un fenómeno relativamente reciente, existen a menudo realidades no solo diferentes, sino incluso contradictorias, que han llevado a diversos autores a calificar su uso de caótico.

 
Porter (2003) dice que un cluster es un grupo geográficamente denso de empresas e instituciones conexas, pertenecientes a un campo concreto, unidas por rasgos comunes, y complementarias entre sí. Puede ser urbano, regional, nacional e incluso supranacional. Adoptan varias formas dependiendo de su profundidad y complejidad. Suelen integrarlos: empresas de productos o servicios finales, proveedores, canales de distribución o clientes, fabricantes de productos complementarios, universidades, entidades de formación profesional, institutos de normalización, asociaciones de clase y oficinas gubernamentales cuando influyen significativamente en el cluster.

 
Respecto de la participación del Estado en los clusters, es posible, en la medida en que se trate de acciones indirectas, no directas. El Estado puede tener una función de coordinación, ayudando a resolver conflictos, problemas o diferencias que pudieran aparecer en el cluster.

 
Esto no indica que las empresas deban esperar que sea el Estado quien resuelva sus problemas, porque no lo hará, pero sí puede que el Estado aporte un elemento fundamental para el desarrollo de los clusters: el microclima necesario para su desarrollo, la convocatoria para el inicio de la gestión conjunta aunque en competencia, y la incubación del período inicial, hasta en tanto dicho cluster logre la fuerza necesaria como para seguir adelante sin tanto apoyo. Esto es la célula inicial de los clusters incubados.

 
Por ejemplo, en Sonora, en los pasados años noventa, hubo mucha actividad de investigación y promoción para la generación y consolidación de clusters abarcando a dicha entidad federativa y a Arizona (vecino, de los Estados Unidos de Norteamérica). Hubo algunos avances y resultados, sin embargo, no se llegó a detonar completamente todas las posibilidades que se preveían en varias ramas de actividades productivas.

 
¿Cuáles son las características y alcances de los clusters?

 

La clusterización es aplicable a la mayor parte de las actividades económicas. Según Paul Krugman (1992), tanto sectores tecnológicamente avanzados como poco avanzados se concentran, lo que demuestra que la concentración no tiene únicamente una explicación basada en los efectos externos de tipo tecnológico.

 

Por otra parte, un cluster no debe asociarse únicamente a ejemplos extremadamente exitosos de concentraciones como el mundialmente famoso Silicom Valley, ni asumir que el fenómeno de la concentración empresarial y sus beneficios está reservado únicamente para las grandes empresas.

 
El hecho de ser miembro de un cluster o red de empresas, puede incrementar la productividad, así como la performance de las pymes, en términos de tasa de innovación y competitividad.

 
Lo que caracteriza a un cluster respecto de una simple aglomeración empresarial, es la relación entre los diferentes agentes, que con el tiempo genera una “confianza mutua” que facilita el intercambio. Es decir, lo que distingue un cluster de una simple aglomeración de actividades de negocio es la “co-operation”.

 
Son muy variados los términos bajo los cuales se estudian fenómenos económicamente similares de aglomeración empresarial que tienen que ver con clusters, por ejemplo, los polos de crecimiento y las conexiones con eslabones anteriores y posteriores de la cadena, las economías de aglomeración, la geografía económica, la economía urbana y regional, los sistemas de innovación nacionales o regionales y los sistemas productivos locales.

 
¿Cómo se tipifican los clusters?

 

A continuación se presenta una lista de diferentes tipos de clusters identificados, aunque existen más:

 
- De cadena de valor.

- Basados en competencias

- Horizontales

- Verticales

- Laterales

- Naturales

- Económico

- Incubados

 
Ahora bien, no debe pensarse únicamente en clusters de gran alcance regional. Le sugiero ver el video breve que aparece al final de este artículo.

 
¿Por qué quienes formulan planes y políticas públicas para el desarrollo se interesan en los clusters?

 

Porque los miembros de clusters y redes industriales pueden mejorar la productividad, la tasa de innovación y el desempeño competitivo de las empresas, lo cual a su vez genera impactos favorables para la vida económica de las localidades y regiones en que se ubican.

 

 Básicamente, una política de clusters crea un marco de diálogo y cooperación entre empresas, el sector público (particularmente a nivel de los gobiernos locales) y organizaciones no gubernamentales. Este diálogo puede conducir a una colaboración entre empresas que fortalezca la eficiencia.”

 
Analicemos cada uno de estos elementos:

 
En una primera etapa, el principal interés de quienes formulan las políticas es habitualmente incorporar la promoción de clusters como un enfoque innovador de la promoción de las PYME. La promoción de clusters intentaría fomentar la interconexión entre empresas y su objetivo final sería estimular la mayor especialización de aquellas que se agrupen, y en consecuencia su mayor competitividad.

 
A ese razonamiento se vincula la expectativa de que la promoción de clusters pueda estimular el aprendizaje y la acción colectiva entre empresas, alivianando la carga de las instituciones encargadas de la promoción de las PYME.

Trabajar con grupos de empresas incrementa el alcance e impacto de una institución de promoción de las PYME.

 
Estimular el aprendizaje entre empresas significa que los asesores de las PYME pueden tener acceso a un grupo más amplio de ellas.

La promoción de clusters puede contribuir a crear un entorno público más favorable a las empresas. Asimismo, sienta las bases del diálogo entre el sector público y el privado para que el gobierno pueda comprender mejor la naturaleza de los obstáculos que les ha impuesto.

 

Lo que es más, los proyectos de clusters generan la posibilidad de superar la fragmentación del sector público, evitando o disminuyendo la dispersión de esfuerzos, acciones, recursos y servicios.

 
La promoción de clusters representa para el mercado un sistema más favorable de desarrollar actividades públicas de promoción de las PYME. Tiene igualmente mayor alcance y abarca actividades más genéricas (y por ende menos distorsionantes). Rara vez la promoción de clusters implicará subsidios directos a empresas individuales. En su lugar, cubrirá parte del costo de transacción y oportunidad de las actividades de interconexión y auspiciará la realización de actividades conjuntas.

 
¿Cuándo y por qué es apropiado promover clusters?

  
Imagine que está asesorando a una institución de promoción de PYME. Su cliente menciona que en un determinado lugar existen 30 pequeños productores de muebles en una región del estado de Sonora y sugiere aplicar el criterio de promoción de clusters para fortalecer su actividad. ¿Será una buena idea?

 
La respuesta no es tan simple como usted desearía. El problema es determinar qué grado de procesos de innovación de productos se puede esperar de micro y pequeñas empresas, agrupadas o no, y cómo se puede dar apoyo a tales procesos. El mayor riesgo de la creación de clusters es generar expectativas poco realistas en este sentido.

 
Veamos uno de los instrumentos estándar que se utilizan en el análisis de los clusters, el “diamante” de Michael Porter.

 
Este diamante resume los resultados básicos de la investigación de Porter sobre la ventaja competitiva de las naciones.

 
Según Porter, existen cuatro factores esenciales para determinar la competitividad: las estrategias y estructuras empresariales y la rivalidad, la existencia o ausencia de industrias relacionadas y complementarias, las condiciones de los factores de producción que incluyen, por ejemplo, la disponibilidad de mano de obra calificada o infraestructura adecuada (desventajosos en general, aunque los factores de producción no necesariamente deben serlo) y las condiciones de la demanda: a mayores exigencias de los clientes dentro de una economía, mayor será la presión que enfrenten las empresas.

 
De manera que, ¿cómo saldrían parados nuestros carpinteros del caso referido en un diagnóstico sobre la base del diamante?

 
-La rivalidad localizada sería fuerte. Sin embargo, se basaría mayormente en la sub-cotización de precios, mucho menos en la diferenciación de productos y difícilmente en la innovación.

 
-Sólo existirían industrias complementarias rudimentarias bajo la forma de vendedores de algunos insumos básicos, pero las partes y piezas esenciales, como bisagras y cerraduras, provendrían de otra parte.

 
-Las condiciones de los factores de producción serían desfavorables. El desarrollo de capacidades se basaría mayormente en el aprendizaje en la práctica y en sistemas de capacitación informales.

 
-Las condiciones de la demanda serían desfavorables. Los carpinteros producirían fundamentalmente para el mercado local (Sonora)y si acaso algún cliente esporádico de otra parte, lo cual favorecería la fijación de precios bajos (y menor calidad). La demanda de tipo sofisticado sería escasa o nula y en consecuencia prácticamente no sería necesario que los carpinteros encararan la innovación de sus productos.

 

Para modificar su situación actual, los carpinteros deberían ser competentes en algunas áreas básicas, como el manejo de un tipo muy específico de materia prima. Si sus capacidades se mantienen a nivel bajo y genérico, esta iniciativa no será de utilidad para promover sus actividades en las condiciones actuales.

 
Identificación y selección de los clusters con los que se sugiere trabajar

 
Se pueden distinguir cuatro tipos de proyectos de clusters.
  • Proyectos en sentido descendente, impulsados por el sector público
  • Proyectos en sentido descendente, impulsados por el sector privado 
  • Proyectos en sentido ascendente, impulsados por el sector público 
  • Proyectos de abajo hacia arriba, impulsados por el sector privado



 Este tema lo abordaremos en posterior artículo.

 
 

3/5/11

Presupuesto por Resultados

Presupuesto por Resultados

Ó Presupuesto basado en Resultados (PbR), que es la denominación también aplicada.

La revista de la OECD Observer de marzo 2008 presentó una útil guía de usuarios en presupuestación por resultados (*). En ella se indican los serios esfuerzos que han estado realizando los países de la OECD para incorporar este proceso desde la década pasada, y los beneficios que han tenido en el mejoramiento del control del gasto público, así como en la eficiencia y los resultados del sector.

Por ejemplo, la información generada estimula un mayor énfasis en planificación y da una buena indicación sobre cuales programas están sirviendo a sus objetivos y cuáles no.

Aún así, actualmente se enfrentan variados retos sobre cómo desarrollar y usar los resultados en el proceso presupuestario para medir los cumplimientos, cómo mejorar la calidad de la información y cómo convencer a los políticos de usarla en la toma de decisiones.

Para OECD la presupuestación por resultados debe conducir a un presupuesto que relacione los fondos asignados a las reparticiones públicas con resultados medibles que ellas obtengan.

Hay tres modalidades:
PPR presencial: sencillamente, la información de desempeño (por ejemplo, indicadores) es presentada junto con los documentos del presupuesto o en otros documentos públicos. Esta información puede referirse a metas o a resultados o a ambos, y es una información de respaldo en rendición de cuentas, y en diálogos con legisladores y con la ciudadanía sobre los asuntos públicos. No se pretende que los resultados tengan un rol en la toma de decisiones y en realidad no lo hacen. Esto es lo más común, en gobiernos estatales de México.
En un Presupuesto informado de Resultados, los recursos se relacionan con un desempeño pasado o propuesto en una forma indirecta. La información de los resultados juega un rol importante para asignar los fondos durante el proceso presupuestario, pero no permite decidir sobre la cantidad de recursos a asignar y tampoco tiene una ponderación pre-establecida en la toma de decisiones. Es usada junto con otra información durante este proceso. En México, esto suele presentarse en la presupuestación del gobierno Federal.
En Presupuestación Por Resultados directa, los recursos se asignan en base a los resultados obtenidos. Esta forma de operar está circunscrita a pocos países y a sectores específicos. Por ejemplo, la cantidad de graduados de niveles de posgrado determinará los fondos que tenga una universidad para sus programas de maestría. Son raros los casos en que esto ocurre en México.

Los países de la OECD han ido a PPR por variadas razones, desde crisis presupuestarias y presiones para reducir gastos hasta cambios de gobierno. Se ha introducido como parte de paquetes de reformas más amplias, en un contexto de gestión para resultados.

En México, el gobierno Federal ha dado buenos pasos hacia la Presupuestación basada en Resultados; y en pocos gobiernos estatales se han dado avances significativos al respecto, ojalá se animen a entrar más rápida y efectivamente a ello; tal vez se necesiten apoyos de asesoría externa, como lo he visto en el caso se Sonora, considerando que las actividades internas cotidianas les impiden hacer transformaciones en materia de técnicas de planeación estratégica y presupuestación para resultados.
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(*) Ver: http://www.oecd.org/dataoecd/32/0/40357919.pdf