Los conceptos de competitividad, estrategia y excelencia operativa, son muy tratados actualmente; y observamos mucho la confusión entre unos y otros conceptos. Los "estrategas" defienden que la estrategia es lo más importante y los "de operaciones" defienden que lo básico es la excelencia operacional. ¿Cómo aclarar estos conceptos? Veamos lo siguiente.
Concepto de estrategia
Se ha de tener en cuenta que el objetivo de la estrategia es lograr conseguir una diferenciación positiva de la competencia, perceptible por el cliente y perdurable en el tiempo. Para ello, se debe pensar en crear una posición competitiva única transformando o redefiniendo el sector en el que se opera (o en los que potencialmente se pueda operar).
Este concepto no es exclusivo de las grandes empresas u organizaciones públicas o sociales, sino que debería ser el “modus vivendi” de cualquier organización de cualquier tamaño y de cualquier sector.
Es habitual que los directivos no crean en la estrategia y que usen expresiones como “en mi sector o actividad productiva o de servicios ya está todo inventado” o “realmente no podemos conseguir ninguna diferenciación de nuestra competencia”. Esto no es cierto aunque tampoco nadie ha dicho que innovar estratégicamente sea sencillo. Hay muchos casos en los que una pequeña empresa se ha convertido en una gran empresa gracias a la innovación estratégica; o de una organización pública o social que ha logrado destacar mucho al transformarse con la aplicación de ese tipo de innovación.
Excelencia operativa
Sin embargo con la Excelencia Operatival se busca conseguir ejecutar de la mejor manera posible – en cuanto a tiempos y costo - lo definido en la estrategia elegida. Para la excelencia operativa se emplean herramientas como la calidad total, la reingeniería de procesos, la gestión por procesos, la incorporación de las Nuevas Tecnologías de la Información a nivel operativo, etc.
Claramente, lo ideal sería tener una estrategia diferencial y ser excelentes operacionalmente hablando. Buscar la excelencia operativa es especialmente importante cuando se opera sin ninguna ventaja competitiva/comparativa sobre los competidores.
De alguna manera se puede decir que si se ofrece el mismo producto/servicio que los competidores, hay que intentar ser algo más rápidos, algo más baratos o con un poco de mayor calidad… aunque hemos de tener en cuenta que estas son ventajas que son relativamente de fácil adopción por la competencia.
Debido a esta confusión, creo que se puede aclarar todo empleando una sencilla “fórmula”:
Competitividad = Lo competitivos que somos estratégicamente + Lo competitivos que somos operacionalmente.
Con esta fórmula se plantea que es igualmente importante la estrategia que la excelencia operacional. Si no es así, deberíamos emplear unos coeficientes correctores:
Competitividad =
Coef. Importancia de la estrategia x Competitividad estratégica +
Coef. Importancia de las operaciones x Competitividad operacional
(Esto es asignando una ponderación % a cada variable)
Así, nuestra experiencia –de acuerdo con el enfoque de famosos estrategas como Michael Porter – nos indica que es más importante la estrategia que las operaciones para la competitividad de la empresa. Dicho de otra manera y sólo para fines didácticos, es más Competitiva una organización con una buena estrategia y un mal desarrollo de sus operaciones, que una organización excelente operacionalmente hablando y que tenga una mala estrategia.
El siguiente paso sería definir todos los valores de esta fórmula. Realmente, todos estos valores dependen totalmente de la organización y de su entorno por lo que son particulares para cada uno de los casos. [Si quiere que colaboremos con usted para evaluar su posición competitiva, conozca nuestro servicio de “análisis estratégico”].
Además, se ha de tener en cuenta también el concepto de “ventana de oportunidad” por el que puede haber una oportunidad puntual en el tiempo que permite una estrategia diferencial pero que no es perdurable en el tiempo.
Para efectos prácticos es habitual encontrar organizaciones que vienen de tener unos excelentes resultados durante muchos años gracias a una posición competitiva privilegiada y que en un determinado momento debido a la entrada de nuevos competidores, van perdiendo su posición competitiva.
Cuando esto sucede, cada vez es más difícil vender los productos/servicios con una rentabilidad como la de tiempos pasados ya que no se tiene ningún tipo de diferenciación con la competencia y todo ello lleva a una situación muy delicada.
Como conclusión, les invitamos a reflexionar sobre su estrategia y que sean críticos sobre sus “ventajas competitivas” que les hagan ser “especiales” para sus clientes, tanto en el sector privado como en el público y el social.
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