En cada momento de nuestras vidas en el trabajo, en cualquier nivel y ámbito de responsabilidades, debemos atender situaciones y hacer cosas que pueden situarnos en “mala calidad” y ocasionar desprestigio para nosotros en lo personal y para la organización en que estamos laborando.
Por ejemplo:
Nuestro jefe o nosotros mismos, decidimos algo porque creemos que es lo correcto, sin embargo, la verdad es que a veces no tenemos el conocimiento correcto que fundamente la decisión respectiva.
Esto suele ocurrir cuando se tiene poca experiencia real en el trabajo que se desempeña, o se tienen ideas que equivalen a prejuicios mal fundamentados.
Más aún, suele ocurrir que una vez que se demuestra nuestra error, continuamos en el mismo (para no aceptar nuestra falla), argumentando razones que justifiquen la decisión (aunque sea incorrecta).
Esto genera un mal prestigio para quien así actúa.
[Tarde o temprano será más que evidente para todos los miembros de la organización en que estemos].
¿Qué hacer para evitar caer en este tipo de situación?
1.Prevenir. Antes de decidir o hacer algo, verifique que sea lo correcto (legalmente, técnicamente, administrativamente, financieramente, etc. según sea el caso). No se precipite actuando por simple inspiración.
2.Consultar. Para que no quede algún riesgo de falla, pruebe lo que pretende decidir o hacer, esto es consulte con expertos (gente que tiene más experiencia y conocimientos) o al menos consulte la ley, reglamento, manual, instructivo, etc. relativo al asunto de la decisión o acción que pretende tomar.
3.Informar. A la persona o personas que se afectará (positiva y/o negativamente) con la decisión o acción a tomar.
4.Retroalimentarse. Si ya tomó la decisión o empezó la acción respectiva, manténgase atento a las repercusiones de ello y retroaliméntese con lo que ocurra. Si ve que todo va bien, felicítese; pero si ve que algo no resulta bien (hay quejas, etc.), cuidado: corrija de inmediato y luego póngase a hacer la revisión completa de la falla (análisis causas-efectos) de manera que pueda llegar a desterrar la raíz mala de la situación.
Papel de la Alta Dirección
Quienes tienen la posición de más alta responsabilidad directiva en la organización, deben asegurar que sus colaboradores cuenten con las competencias necesarias para el buen desempeño de sus responsabilidades operativas. Esto incluye conocimientos de teorías, normas y praxis en relación a las funciones a su cargo. Y verifique que esas competencias estén Acreditadas. De no ser así, siempre se tendrá el riesgo de que se cometan errores y por pequeños que parezcan suelen ser peligrosos para la organización en su conjunto total.
En este sentido, tanto para empresas de particulares como para instituciones públicas, resulta indispensable que se cuente con personal debidamente calificado para el desempeño de cada puesto de trabajo, con competencias acreditadas al menos por su trayectoria profesional o laboral en el ámbito que se trate y mejor si se tiene también el respaldo de estudios.
Para el ámbito de organizaciones públicas, en Hermosillo, Sonora, México, se cuenta con el Instituto Sonorense de Administración Pública, A.C. (ISAP), que ha formado a un gran número de personas con Maestría en Administración Pública y próximamente con Maestría en Competencias Ejecutivas).