El Índice es un meta–índice que incorpora las clasificaciones de:
- Libertad Económica,
- Competitividad Global,
- Doing Business,
- Corrupción,
- Libertad de Prensa,
- Rendición de Cuentas y
- Vigencia del Estado de Derecho.
Indice de calidad institucional 2010: Señala el camino a la innovación y al progreso de las naciones
Las relaciones entre calidad institucional y una mejor calidad de vida, tanto sea medida en términos de ingresos per cápita o en términos de desarrollo humano han sido comentadas en ediciones anteriores. En ésta, desarrollamos la relación entre calidad institucional e innovación, un elemento central en el progreso de la humanidad y de los países. También presentamos un informe especial sobre Chile, un país recientemente diezmado por un terremoto pero con una solidez institucional a prueba de cataclismos. Queremos conocer cómo hizo esa sociedad para alcanzar esa posición destacada en el indicador, que la ubica en el primer lugar de América Latina y el Caribe, cuando pocas décadas atrás compartía con estos países una historia de frustraciones y desengaños.
La creciente movilidad de los factores de producción, trabajo, capital, tecnologías, ideas, somete a los estados a una mayor competencia. Eso es resultado de lo que ahora denominamos “globalización”. En cierto sentido, entonces, los estados “compiten” entre sí atrayendo o expulsando recursos, una competencia que también se presenta dentro de ellos entre los distintos niveles de gobierno, sobre todo en países federales y descentralizados.
Las jurisdicciones, entonces, se encuentran en competencia debido a la movilidad de los recursos. Esa competencia no solamente ocurre entre estados nacionales, sino también entre niveles de gobierno sub-nacionales, tales como estados, provincias, y, por supuesto, gobiernos locales. Lo que determina el resultado de esa competencia es la calidad institucional.
Nuestro Índice de Calidad Institucional busca evaluar el desempeño relativo de los países en este aspecto. Relativo, porque no pretendemos poder definir un “óptimo” respecto al cual medir el desempeño de todos los países, simplemente observamos que algunos países obtienen calificaciones superiores en los indicadores que hemos seleccionado y los ordenamos de mejor a peor pero sin pretender afirmar que el que ocupa el primer lugar posee la calidad institucional perfecta.
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