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1/7/10

Lecciones de la derrota





Lo peor no es la derrota, sino no aprender de ella.
Lo peor no es cometer errores, sino repetirlos de forma cíclica sin darnos cuenta.
Lo peor no es quedar fuera del Mundial en Octavos de Final, sino no aceptar que nos lo merecíamos tras cuatro años de pifias y vacilaciones en los que tuvimos cuatro entrenadores nacionales.
Un día después de nuestra eliminación ante Argentina, ya escucho las mismas voces, ésas que espetan frases vacías, lugares comunes, satanizaciones, linchamientos, en otras palabras, análisis miopes: "Se necesita una reestructuración en la FEMEXFUT...".
Me pregunto, ¿Cuántas veces ya lo han hecho? "¡Hay que hacer una limpia en la Selección...!". ¿Hay mejores futbolistas en México que Márquez, Torrado, Salcido y compañía?
Por supuesto que no.
"La culpa la tiene el entrenador o tal jugador...".
Si así fuese, sería muy fácil resolver el problema.


Pero el asunto es que cada cuatro años, cuando termina el Mundial, el ardor nos ciega y somos incapaces de adoptar una postura madura y autocrítica, constructiva y positiva, para edificar el siguiente escalón sobre el esfuerzo ya realizado.

Todo lo contrario, cada vez que termina una Copa del Mundo, destruimos todo, incluso lo que sí funcionó y volvemos a empezar.

Traemos un entrenador distinto, nuevos auxiliares, ejecutivos diferentes en la Selección, y lanzamos otro "super proyecto", el cual durará hasta que la primera Selección con límite de edad fracase en su selectivo de la CONCACAF.

No hay continuidad a una estrategia, no hay ensayo y error. Sólo necia repetición.

Por eso te invito a que en esta ocasión adoptes una postura diferente.
Comienza por aceptar la derrota como una parte natural de este juego.
Reconoce los méritos de tu adversario y asume tus errores con honor.
Deja a un lado la animadversión para que puedas valorar con claridad.
Y sobre todo, celebra tus pequeños éxitos, premia a aquellos que alcanzaron su máximo potencial, y promueve de nuevo el sueño que persigues.

Sudáfrica 2010 no debe ser un esfuerzo inútil.
Debe servirnos para edificar la gran hazaña que buscamos.
Aunque no era el objetivo principal, no nos queda otra opción que hacer de este Mundial la base para que en cuatro años, la nueva generación de futbolistas mexicanos integrada por Javier Hernández, Pablo Barrera, Giovani dos Santos, Carlos Vela, Andrés Guardado, Guillermo Ochoa y Héctor Moreno, llegue a Brasil 2014 con varias lecciones aprendidas y con menos temor en el cuerpo. Lo ideal hubiese sido que lo mismo ocurriera con el próximo entrenador nacional, pero no se hizo esa previsión (así lo hicieron los alemanes con Joachim Löw).

Al final, somos nuestras experiencias.

De ti depende hacer la lectura correcta y positiva de las mismas y usarlas para tu beneficio.

En tu pasado hay sabiduría potencial si sabes recapitularte.

Por eso, la Selección Mexicana debe, más que nunca, acercarse a sus referentes históricos, a aquellos que ya recorrieron el camino: Claudio Suárez, Jorge Campos, Rafael Márquez, Ignacio Ambriz, o Jared Borgetti.

Ellos ya ganaron y también ya perdieron.

Guardan trofeos y cicatrices.

Conocen a los demonios que hay en el trayecto y anhelan como nadie que los chicos de la nueva generación completen la aventura que ellos iniciaron.

Fuente: Antonio Rosique, http://www.mediotiempo.com.mx/


[Y todo esto, es aplicable a lo que a veces ocurre en empresas de particulares y administraciones públicas. Debería tomarse como referencia constante. -A. Haaz D.]

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