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13/7/10

Planeación prospectiva

El futuro es algo que nos atrae y nos intriga a todos, por lo que queremos conocerlo y manipularlo para poder cambiarlo. Con esto han surgido a lo largo de la historia e incluso desde la prehistoria las artes adivinatorias, las premoniciones, las predicciones, creencias en la magia, la brujería, y hasta me atrevería a incluir a la ciencia-ficción con infinidad de películas que hemos visto  y que hablan de lo que podría ocurrir en los próximos años.

Las primeras propuestas prospectivas surgieron sin siquiera proponérselo, y por citar sólo algunos ejemplos podemos mencionar La República de Platón o el Arte de la Guerra de Sun Tzu, Utopía de Tomás Moro, La Riqueza de las Naciones de Adam Smith o a uno de mis favoritos por su extensa obra al respecto: Julio Verne, que ya imaginaba cohetes espaciales, submarinos, helicópteros, aire acondicionado, y muchos inventos más antes de que aparecieran, en obras como Viaje al centro de la Tierra (1864), De la Tierra a la Luna (1885), Veinte mil leguas de Viaje submarino (1870), La vuelta al Mundo en 80 días (1873) , entre otras.

Pero, ¿es realmente importante para las personas y las organizaciones conocer lo que les depara el futuro? ¿Es lo mismo interesarse en el futuro que un enfoque prospectivo? Las respuestas pueden no parecer claras en un principio, pero las siguientes líneas intentarán responder la solución a estas interrogantes.

¿Qué es la prospectiva?

Tendemos de forma habitual a representarnos en el tiempo como una línea en el que el pasado y el futuro corresponden a las dos direcciones posibles, pero en realidad ambas partes son heterogéneas, es decir, el pasado es algo que solo podemos visualizar porque ya no hay nada que podamos hacer, mientras que el mañana tiene infinidad de posibilidades abiertas.

El futuro es algo que nos sorprende, y también es algo a lo cual, por lo menos en algunas sociedades, incluyendo la nuestra, en México, no suele darse la debida importancia. Es menester que recordemos que lo que hagamos y decidamos hoy repercutirá en el mañana.

Pensar en el futuro es ordenar nuestro presente para darle mayor importancia a nuestras acciones y mayor significado al pasado que ya no podemos borrar. Pensar en el mañana es concebir los minutos, los días y los años que están delante de nosotros, a través de un plan que incluya una estrategia para alcanzar las metas propuestas .

Eso es Prospectiva. Es la acción de percibir el futuro, que se diferencia del diagnóstico tradicional de las situaciones presentes en que no busca resolver un estado determinado, sino que explora un espacio de posibilidades diversas. La prospectiva es una actitud, ya que no sólo nos orienta al futuro si no que nos hace ver también a lo lejos, a un punto donde podemos observar los efectos de lo que se realice hoy. La prospectiva es el estudio del futuro lejano.

Además, no sólo conocemos el futuro de forma inteligente, sino que también es posible imaginar futuros alternativos, de entre ellos seleccionar el mejor y construirlo estratégicamente , en otras palabras conocemos varios futuros, los estudiamos y los evaluamos para seleccionar el más conveniente y realizable. Con el enfoque prospectivo necesitamos trabajar las acciones del presente en función del futuro que deseamos y que es posible que ocurra, además de que sea realizable, pero no por ello desaprovechamos un pasado y un presente conocidos con relativa suficiencia.

Entonces, ¿la prospectiva es importante?

La reflexión prospectiva busca anticiparse al impacto del futuro. Pero si queremos ver el futuro es necesario que nos anticipemos a los cambios para conocer el mundo de posibilidades que nos ofrece. Al mirar esos cambios debemos tener la capacidad de aprender y responder con rapidez y exactitud. Esto me recuerda el libro ¿Quien se ha llevado mi queso? de Spencer Johnson, el cual habla de dos parejas de personajes, los primeros, observan lo que va ocurriendo con su reserva de queso, es decir, analizan los sucesos presentes y con ello saben que su queso está por terminarse y están preparados para el cambio, mientras que los segundos nunca ponen atención a lo que pasa a su alrededor por lo que cuando ocurren los cambios ellos no están preparados para reaccionar. Esto no es prospectiva, ni ésta se inicia con un estudio incansable del presente, pero señala la importancia de este y sus consecuencias en el futuro, y la atención que se ponga a esto es lo que garantizara el éxito personal, organizacional e incluso nacional.

Antes de querer mirar el futuro cada persona, país, estado, municipio u organización debe identificar los cambios y conocer el ámbito en el cual se está desarrollando, y teniendo conocimiento del presente podremos observar los diferentes caminos que el futuro nos presenta. La prospectiva juega un papel importante ya que dependiendo del escenario que escojamos como adecuado, aquel que queremos alcanzar son las acciones que tenemos que realizar en el presente.

Tanto las personas como las organizaciones e incluso las naciones deben visualizarse a largo plazo. No pueden solamente responder a las necesidades inmediatas e intentar sobrevivir de esa manera al mundo tan cambiante y globalizado de esta época, donde las capacidades desarrolladas por los competidores son cada vez más diversas, sino que deben tener un camino a seguir si quieren conseguir sus metas. A eso ayuda la prospectiva, a identificar cómo se visualizan en el futuro y de esta forma hacer todo lo necesario para lograrlo. Esto es aplicando técnicas adecuadas para cada caso de análisis y planeación prospectiva.

Claro, a ello debe incorporarse también la planeación normativa y la estratégica, así como la operativa, de manera que puedan asegurarse las posibilidades de llevar a cabo lo planeado; y mejor aún, en el caso de los planes que elaboran los gobiernos: incorporar la participación social efectivamente, para que las decisiones sean enmarcadas por intereses comunes de la población, y que en los procesos de formulación, programación, presupuestación, ejecución, control y evaluación -y retroalimentación- intervengan realmente todos los actores de la vida económica y social el ámbito al que corresponde la planeación, esto es sin las simulaciones acostumbradas en muchas partes al respecto y sin las creencias -también acostumbradas-de que se están haciendo cosas "sin precedentes" y que son la máxima novedad del momento.

Un pasaje muy conocido de Alicia en el país de las maravillas de Lewis Carroll relata una conversación entre Alicia y el gato Cheshire, ¿Me podrías indicar hacia donde tengo que ir desde aquí?” pregunta ella, ”Eso depende de a dónde quieras llegar” responde el gato. “A mí no me importa demasiado a donde”, “En ese caso, da igual hacia donde vayas”… Las organizaciones y las personas que quieran lograr éxito en su vida deben tener un rumbo al cual dirigirse, no pueden quedarse estancados en un ir y venir a donde sea. Deben poseer la actitud prospectiva de la que he venido hablando y proyectarse hacia sus metas. También se debe introducir en las empresas y en la mentalidad de los gobernantes la cultura de la prospectiva, ya que la mayoría están acostumbrado/as al corto plazo, lo cual trunca las oportunidades en el largo plazo y estanca el desarrollo de países, estados, municipios y empresas, y el crecimiento de las personas.

Conclusiones

Para concluir, debemos entender que el futuro no es un misterio absoluto y fatal. Existe la necesidad de que el hombre y mujer sea nuevamente autor(a) de su propio futuro, el cual es un horizonte amplio y abierto en el que ciframos nuestros ideales y esperanzas, es un ámbito en el que podemos imaginar y crear.

El futuro es el ámbito de la voluntad y de las decisiones que surjan de esta. No basta con "soñar" el futuro, se impone la necesidad de construirlo, aún con la mirada incierta del qué, cómo, dónde, y cuándo.

Pero es importante señalar que el análisis prospectivo no debe tomarse como una verdad absoluta, fija e inamovible, que deba cumplirse necesariamente, proporciona una guía sobre lo que estamos tratando de lograr, hace que estemos más alertas frente a las nuevas oportunidades y al desarrollo de amenazas, creando una actitud más proactiva para alcanzar todo lo que deseamos.

Bibliografía:
- MIKLOS Tomás y TELLO Ma. Elena. Planeación Prospectiva, Una estrategia para el diseño del futuro. LImusa, 7° reimpresión, México, 1997.


- PERALTA Alemán, Gilberto. Prospectiva. Editorial Esfinge, México, 2005.