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29/7/10

Pulgas amaestradas ¡No!

Hace algunos años, desempeñé labores de promotor del desarrollo económico y social en la región noroeste del Estado de Sonora, teniendo como sede a Puerto Peñasco que en aquella época tenía pocos habitantes y aún no contaba con muelles de concreto, había falta de agua potable, electrificación y otros servicios básicos.

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La misión que tuve fue impulsar nuevas actividades económicas y productivas, de manera que no se dependiera tanto de un solo producto como era lo acostumbrado: el camarón. Por ser de exportación principalmente, cuando bajaba el precio ésto ocasionaba crisis económicas y por ende sociales (el "piojillo" le decían a esas épocas).

Consecuentemente, en años posteriores, se empezó a diversificar la economía, con énfasis en el turismo, aprovechando apoyos concertados que obtuvimos -de la Secretaría de Programación y Presupuesto Federal de México y con la Oficina de Desarrollo Económico del Estado de Arizona- (el Gobernador era Raúl Castro y luego fue Bruce Babbit, que se hicieron grandes amigos de los rocaportenses o puertopeñasquenses).

Así, fue cada vez menor la concentración de actividades en la pesca del camarón y se abrieron otras oportunidades importantes; y las perspectivas de bienestar y desarrollo se ampliaron.

Sin embargo, había una fuerte inercia de lo acostumbrado en cuanto a actividades, técnicas y estilos de trabajo. Esto podía atribuirse a las fuertes limitaciones que hubo previamente, lo cual condicionaba a las intenciones de progreso que podían tenerse.

Estuve laborando ahí tres años y medio. Posteriormente fui a un magno evento en el citado Puerto como invitado especial y en el discurso que expuse mencioné la parábola de las pulgas amaestradas, con la intención de motivar a que no se limitaran más sus intenciones, porque ya tenían más y mejores oportunidades de desarrollo.

Debo decir que esto no fue muy bien recibido por algunas personas que me escucharon ahí, en razón de que asumieron que les estaba minimizando o comparando con las pulgas.
Por ello, tuve que hacer aclaración posterior desde Hermosillo, para precisar el sentido del mensaje.
Y ahora, cuando Usted visite Puerto Peñasco, verá que es una grandiosa ciudad con magníficos servicios para el turismo, sin haber dejado la actividad pesquera.
Es decir, quedaron eliminadas las condicionantes que limitaban su despegue económico.

Por lo anterior, a continuación expongo el caso de las pulgas amaestradas.

¿Sabes cómo se amaestra una Pulga?

Se la coloca en un recipiente transparente, como un tarro de conservas, o un vaso, y se tapa la parte superior con un cristal.

La pulga salta con todas sus fuerzas intentando escapar, pero poco a poco va viendo que sus esfuerzos son inútiles y que con cada salto se hace daño.


Así que deja de saltar alto y comienza a dar saltos cada vez más pequeños.


Al cabo de una semana de amaestramiento, su mayor salto será de sólo 5 centímetros, y ya nunca saltará más alto. No importa que retires el cristal, o incluso que la saques de su tarro, porque ese insecto que es la pulga, capaz de saltar normalmente hasta 1,68 metros, saltará sólo 5 centímetros.


Algo parecido nos pasa a los humanos. Cuando nos acostumbramos a unos determinados límites nos sentimos incapaces de superarlos. Ni siquiera lo intentamos. Creemos que lo alcanzado es todo lo que podemos llegar a conseguir.

El acostumbrarse al fracaso o a las limitaciones es una causa de la falta de estímulo.
Las pulgas, dentro de la caja, se habitúan a unos saltos minúsculos que acaban por condicionar su futuro comportamiento.

Las barreras que nos detienen en la vida para salir adelante son las barreras de nuestros pensamientos ¿Cuáles son tus creencias? "Es que no cuento con padres ricos, es que no tengo oportunidades, es que mi país, es que el gobierno". Siempre encontraremos una justificación para no brincar.

El pensar que las cosas siempre han sido así y que no pueden cambiar, son limitaciones absurdas que limitan nuestro potencial son las que anidan en las creencias. “Si crees que estas vencido lo estás, pero si crees que puedes ganar muy seguramente lo harás”.

Recuerda “Tú eres lo que piensa y lo que pienses ahora es en lo que te transformaras el día de mañana”.

Si has intentado alcanzar una meta y no lo consigues, cambia el camino, la estrategia, la metodología. Pero nunca dejes de intentarlo.


Una pulga amaestrada, sigue pudiendo saltar 168 centímetros, posee la capacidad para hacerlo, pero no se atreve porque ha aprendido que intentarlo es igual a fracasar, a hacerse daño... porque ha estado mucho tiempo metida en un tarro de cristal. Puedes estar a menos de un metro de lograr tus sueños y posiblemente quieras dejarlo por las presiones del entorno.

Mantente con fe en tu mente y fuerza en tu corazón. Porque solo aquel que tenga la capacidad de soportar las adversidades, cosechará en abundancia. Y esto es aplicable tanto para cada persona como para cualquier organización, sea empresa de particulares o institución pública. Por ejemplo, las microempresas no necesariamente tienen que ser siempre de este tamaño, a veces hay más limitaciones en lo que una persona cree, que en lo que en realidad existe.

Por ello, hay que atreverse a explorar más allá de lo que nos ha limitado. Seguramente se encontrarán nuevas oportunidades para el crecimiento.

Consultoría y capacitación para crecer
calidad@ahaazd.com

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